Habuiah

15.3.11

Frío

Por la mañana apareció la angustia, a veces pienso que nunca va a desaparecer esta duda. Fuimos a comer y parece que me he calmado, pero este pensamiento fijo no me abandonará nunca. A veces aparece el rencor más total, el odio más penetrante y las ganas de huir siempre, pero de mi mente non puedo escapar. Cada vez que miro a mi hijo se me vienen a la mente tantas imaginaciones. Si le hubiese hecho caso la primera vez ahora no estaría aquí. Quiero creer lo que me ha dicho el médico, quiero creer que los dolores eran avisos de esa realidad. Pero el alma me duele y siempre pido la misericordia de Dios.